viernes, 25 de junio de 2010

Canción con fondo de jardín


"Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín..."
                                                                          Olga Orozco

Mi jardín se funde con el cielo
con los árboles que se abrazan
con la noche del viento
la escalera que da al callejón
y el infinito horizonte.

Mi jardín es hondura de pájaro
precipicio de trinos
caverna, bosque, alas
nido y gorrión.

Mi jardín es montaña de hormiga
canto verde del grillo
largo sol que todo inflama
lagarto y flor.

Mi jardín es luminoso pétalo
ciempiés de sombras andantes
tierra y aroma de tierra
humedad, color.

Mi jardín es raíz de cielo
aire y nubarrón
hojas muertas
que el rocío pudre.
Piedra y agua es su canción.

Texto y foto  JMC

domingo, 21 de marzo de 2010


Alguien se asoma a la ventana empañada, abre la cortina y deja que la luz cubra de tibieza la habitación. Apoya una mano sobre el vidrio humedecido, mientras con la otra dibuja su contorno. Luego, acerca su rostro hasta sentir el contacto que le enfría la piel. Permanece en ésa posición durante unos instantes, con los ojos cerrados, para evitar el desvío del exterior. “Ha llegado el momento”, se dijo. Con esfuerzo, intenta despegar cada parte de su cuerpo, sus extremidades se van plegando hasta caer desparramadas por el suelo; lo mismo le sucede a su cara. Abre los ojos, para realizar una última observación, y cede ante el derrumbe. Su boca, inmutable, continuaba pegada ante el vidrio, morada a causa del frío. Logró moverse y, de a poco, comenzó a apartarse. Aquélla boca murmuraba unos sonidos desconsolados, semejantes al llanto de un niño. Anduvo de un lado para otro, golpeándose con objetos de la sala, su ceguera lo desapropiaba, enajenándolo de su entorno. Trató de orientase pero no lograba recordar nada respecto a su pasado, ni siquiera cómo es que había abandonado su cuerpo (¿ o era que su cuerpo lo había abandonado?).
 Había perdido su identidad, no era más que una boca.  Empezó a hablar, era lo único que podía hacer, y quiso creer que con ello le bastaría. Dijo una que otra palabra pero no lograba sentirse a gusto; seguía sintiéndose perdido. Sufría la ausencia, el desconocimiento ante aquélla vida a la que creía pertenecer. Gritó fuertemente. La angustia aumentaba con el llanto, hasta romper a pedazos los vidrios de la ventana.
Desde afuera, alguien que pasaba cerca de la ventana, lo escuchó; aquélla preocupación se extendía hacia oídos extraños. Éste se acercó hasta la puerta, golpeándola  una, dos, tres veces; nadie contestaba. Cuando estaba por marcharse, escuchó que una voz decía: -“no entres, nadie puede verme”. El hombre acercó su cuerpo hacia la puerta y le dijo: - “Si no querés  abrir lo comprendo, soy un extraño que golpea a tu puerta, pero quiero saber qué te sucede”-. Entre sollozos, -“ es en vano que continúe gritando si mis lágrimas no salen, no puedo sentirlas ni verlas, como solía hacerlo, no encuentro nada en éste lugar; todo está construido para un cuerpo pero nadie piensa en una boca, eso es lo que soy, ¿ habría de interesarte?.” -“ Tus gritos perturbados me hicieron sentir que, tal vez, podría ayudarte; sólo necesito  que me hables, ¿acaso no es lo único y  más importante que una boca puede hacer?”. -“ No sé qué decirle, de repente me di cuenta que mi cuerpo se había ido, que no tengo nombre ni me acuerdo nada de mi vida, si alguna vez tuve una; caí en la desesperación y por eso usted me ha escuchado”.- “, Ojalá pudiera acompañarlo y ser, también, una boca. Imagine cómo sería un mundo extinto de la fatalidad del cuerpo; ya nadie podría corrompernos.”
 En ése momento se abrió la puerta, y el hombre tuvo a la boca enfrente suyo. “¿Le puedo hacer  una pregunta?,¿cómo es que logró transformarse?”, dijo el extraño. ----
-“Recuerdo que cerré los ojos, los apreté fuertemente y deseé que mi cuerpo se perdiera en el olvido, en una lejanía irrefutable. Cuando logré recobrar el habla, me di cuenta que mis partes habían desaparecido.” Mientras éste hablaba, el hombre cerró los ojos y comenzó a sentir lo mismo que en el relato. Sus párpados cesaban ante la pesadez de su materialidad, despojándose de todo aquello que solía constituirlo.
Al cabo de unos instantes, su cuerpo se había desvanecido. Ahora era él quien gritaba.

lunes, 15 de marzo de 2010

Ohh Sweet Nuthin´




La histeria de querer existir en donde las flores no pueden quererse por sí solas
intentando ahuyentar a los pájaros que quieren corromperlas como a niños pequeños que no saben de la existencia de los payasos que por la noche matan moscas.  Así lo quise, así lo intento.
Una neumonía monótona me retumba el cuerpo, me hierve como una especie de agua gelatinosa que se esparce, dulcemente, por mis extremidades. Escribir compulsivamente. Querer dejar de ser tan sólo en el sentido de la palabra. Olvidar el tema. Olvidarse a sí, a mí, a todos, a aquellos que ni siquiera saben que existo. Escribo como si tocara un piano. Escribo para tratar de evadir esta tarde maldita que no deja de angustiarme. Corro y corro más fuerte -quiero caerme- pero alguien me abre los ojos.
Ohhh ........  ! -, lo miro un poco desconfiada- hoy ya no es tarde. Hoy quiero tomar un té infinito y morirme como un pequeño ratón feliz. No, no me empujes, no me lleves con ................, ¿cuándo te convertiste?  ¿cuándo dejaste tu locura inocente para comportarte como alguien real? ¡Cuándo!?

Tardé en entender. Lo poco real se iba mezclando como una canción mal entonada, tratando de armonizar una mentira más evidente que mis ojos congelados. Ohh dulce nada!


Y cuando la vieron, caía en una ola gigante-  imperceptible a quienes no creen en lo que sus ojos pueden crear...







                                                               --- por Ekhaté---


miércoles, 17 de febrero de 2010

Despertar del poeta


Levanto uno a uno los pétalos del sueño que aún me abarca y queda al descubierto, tal vez para regocijo de unos ojos creadores, sólo un alma.


¿Hacia qué lugar desconocido embarqué mi vigilia, acumulando horas de silenciosa lectura?


Día a día fui acostumbrando mi espera, soñando una respuesta feroz que me arrastraba por el asfalto hacia el consuelo seguro, cerrado, de las noches.


Lamento haber olvidado mi gesto al exhalar vapores mágicos en las mañanas frías, caminando por la vereda de siempre rumbo a la escuela.


Añoro lo que se fue perdiendo detrás de mis ojos (eran ojos como de animal sediento de cielos inestables y de páginas con perfume a libro).


Extraño la calma de aquellos patios y las mariposas que siempre fueron para mí un misterio, la incitación a un vuelo desgajado, impreciso, forzoso.


¿Hubo alguna posibilidad para mis ojos, más que esta fuga eterna en alas?


Texto y foto jmc

miércoles, 13 de enero de 2010

Lógica masculina


 un sombrero cerebro que está por sobre estás hojas
que aunque intente comprenderse nunca se logra
mientras más lejos lo pensamos
mas difícil se vuelve no extrañar, no recordar
es ese umbral que esta en nuestros corazones
y que nunca cesara en oscuridad
no podemos mirar los espejos
porque tememos reflejarnos en ellos
odiamos los ríos y los lagos calmos
no podemos ver la verdad en ellos,
la esquivamos.
no entendemos la claridad del sol y la luna
en estos tiempos sin glorias hondamos en detalles y explicaciones
 que no siempre,
ni casi nunca, llevan a lo verdadero
un regalo que no se supo para quien era,
un regalo con vida
no ocultes tu sombra, vos venís con ella